Existen diversas pruebas funcionales con el nombre de audiometría; así, la audiometría en campo abierto valora la audición de un paciente presentándole tonos en un espacio abierto y la audiometría verbal valora la capacidad de un paciente de comprender palabras presentadas a intensidades variables. Pero el término audiometría se corresponde generalmente con la prueba denominada audiometría tonal liminal (ATL).
La ATL consiste en la valoración de la capacidad de un paciente para percibir tonos puros de sonido de intensidad variable presentados mediante auriculares o mediante un transmisor o vibrador oseo situado sobre la piel retroauricular. Dado que el paciente realiza un gesto previamente convenido para comunicar que percibe el estímulo sonoro, la ATL es una prueba subjetiva y, por tanto, sujeta a distorsiones voluntarias e involuntarias. No obstante, las peculiaridades de la técnica audiométrica hacen que los resultados sean altamente reproducibles y fiables.
Es importante recordar que la ATL valora la capacidad del paciente de percibir tonos sonoros puros; por tanto, aunque es posible deducir algunos datos al respecto, no es la técnica apropiada para valorar la capacidad de comprensión del lenguaje, que se debe valorar mediante una audiometría verbal.
Existen diversas pruebas funcionales con el nombre de audiometría; así, la audiometría en campo abierto valora la audición de un paciente presentándole tonos en un espacio abierto y la audiometría verbal valora la capacidad de un paciente de comprender palabras presentadas a intensidades variables. Pero el término audiometría se corresponde generalmente con la prueba denominada audiometría tonal liminal (ATL).
La ATL consiste en la valoración de la capacidad de un paciente para percibir tonos puros de sonido de intensidad variable presentados mediante auriculares o mediante un transmisor o vibrador oseo situado sobre la piel retroauricular. Dado que el paciente realiza un gesto previamente convenido para comunicar que percibe el estímulo sonoro, la ATL es una prueba subjetiva y, por tanto, sujeta a distorsiones voluntarias e involuntarias. No obstante, las peculiaridades de la técnica audiométrica hacen que los resultados sean altamente reproducibles y fiables.
Es importante recordar que la ATL valora la capacidad del paciente de percibir tonos sonoros puros; por tanto, aunque es posible deducir algunos datos al respecto, no es la técnica apropiada para valorar la capacidad de comprensión del lenguaje, que se debe valorar mediante una audiometría verbal.